martes, 15 de abril de 2014

VILLA ROSA

Las cosas a veces suceden por inercia, ayer estuve repartiendo los carteles de algunos eventos de flamenco y empecé por el Villa Rosa, El Patas, Amor de Dios, etc...
Tras un recorrido de toda la tarde, cuando ya volvía al coche, me encontré con Jesús Núñez y con el Bailaor Jesús Fernández me tomé un café con ellos y tras charlar un rato, me quedé en el Villa Rosa, ya que era la hora del primer pase.
Y tengo que decir que fue todo un placer quedarme allí, una velada estupenda junto a Rebeca que durante todo el espectáculo vibramos de emoción.
El cuadro no prometía menos, Jesús Núñez en la guitarra, Paco el Trini en el cante, Jonathan Miró, Vanesa Coloma y Guadalupe Torres en el baile.
Bulerías, cantadas por el Trini y acompañadas por Jesús Núñez, las palmas del baile, no vean como sonaba aquello, era gloria bendita en la bendición de todos los que estábamos allí, la voz de Trini rompía contra los azulejos del Villa Rosa, fuerte, con conocimiento, sabiendo cantar con esa voz tan flamenca que no tiene igual hoy en día, ojala nos demos cuenta del valor del artista que tenemos delante. La guitarra de Jesús Núñez, era un portento justo y preciso para el cante del Trini, su toque suena como las mejores sonantas de Andalucía, en las manos y las cuerdas de los más grandes guitarristas de todos los tiempos.
Jesús es un tocar preciso, lleno de compás y armonía. Sabe poner las notas justas en su justo momento.
Vanesa no solo sabe jalear y empujar a todo el cuadro a formar parte de un solo conjunto de variedades. Con ella atrás, creo que es imposible no hacerte saltar el corazón, te arrastra hacia el escenario. Pues anoche, no solo hizo esto con sus compañeros, sino que bailó unas bulerías por soleá que quitan el sentío. Elegante, altanera, con desparpajo, como si fuera la última vez que bailara, o como si fuera la primera, dándolo todo por el todo.
Guadalupe tomó otro rumbo, Tarantos que remató por Tangos.
Guadalupe nos llevó al más profundo de los sentimientos de tantos y tantos pesares como produce una mina en los que allí trabajan. Su baile, sobrio, esterilizado, lleno de profundidad, nos hizo sentir un corazón mal herido por las puñaladas del fondo de una mina, en donde como dice la letra, "yo ya no abajo más..."
Guadalupe, es la "señora", la señora del baile.
Y que decir de Jonathan Miró en su baile por Alegrías, no se puede bailar mejor. ahí estaban ellos acompañándole El Trini y Jesús, gaditanos, para el baile de Jonathan que nos trajo al Villa Rosa la brisa de la Caleta, los sones de Puerta Tierra o el compás de la Viña.
Jonathan baila con conocimiento de causa, sabiendo que debe dar todo lo que tiene, por que si no, el baile no tendría pellizco. Jonathan pellizca.
Enhorabuena a todos.

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