Como muchas otras veces, uno se pregunta ¿que hago? y sin mucho que pensarlo dice, "me voy a... Villa Rosa" y eso hice.
A disfrutar no solo del buen talante del personal de este local, si no del arte que pisa su escenario, en el baile: Tamar González, Guadalupe Torres y José Maldonado En el cante Eva "La Lebri" y en la guitarra Jesús Núnez.
Bailar, por si mismo, no es nada fácil, pero bailar por soleá, no cabe duda, que es afrontar un palo considerado como uno de los puntales del flamenco. Como transmitir un arte de generaciones, de estilos, de escuelas, de personalidades que marcaron una época, una forma de hacer y de decir este cante, Como volar con el alma a Alcalá Con Joaquín el de la Paula, o como dejarse caer por Utrera con Fernanda, o por Triana con Oliver o por Cádiz con Aurelio... como se puede expresar todo ese arte con respeto a sus grandes maestros. Pues Tamar González es capaz de expresar con su baile, lo que ellos fijaron con su cante, se mueve por el escenario como "Alondra mal herida", ella es ...la vestida con mantos negros... aquella que en la que su corazón es inmenso para el arte que trasmite... Bailó, y lo hizo con la elegancia que el cante requiere, con estilismo puro, con sobriedad y con mucho duende corriendole por la venas. Con Tamar uno vuela alto a esos confines del cante por soleá.
Que decir del baile de Guadalupe Torres, ella es todo estilo en si misma en el escenario, bailó por Taranto como como en los cantes heridos de quien pierde a su ser querido en el fondo de la mina, recuerda con sus silencios, con sus paseos por el escenario, la salida de aquellos cantes de la madrugada que hiciera el Rojo el Alpargatero. Y como se dice en esa tierra tan grande como Andalucía... "Qué grande es la tierra mía, en una casa de fiesta y en la otra de letanía", así es Guadalupe, sale airosa dela Taranto y afronta los Tangos, este baile, pocas veces lo e visto bailar hoy día como ella lo hace, expresando la picaresca del mismo, el erotismo y la sensualidad que este baile requiere como lo hacían los viejos de Triana. Mejor cono se puede bailar por Tangos, ella conoce la estructura profunda del mismo y lo eleva hacía el infinito, ella mantiene viva esa escuela, ella es joven y su arte tiene mucho que decir, con ella podemos aplicar esa letra por tangos que dice así... "Que cuidao se me da a mi, que los borricos se acaben, habiendo ferrocarril". Ella evoluciona el baile, como la vida evoluciona los tiempos...
José Maldonado expresa a pesar de su juventud un talento especial para bailar, lo expresa con el cuerpo, con las manos, con la cara, y se dice, que la cara es la expresión del alma y no me cabe la menor duda que su alma es flamenca, su cara expresa flamenco, su arte es puro flamenco. Nos paseó por Cádiz, con soltura con aires de la bahía, pasamos por Puerta de Tierra Donde Enrique Ortega lloraba la muerte de su querido amigo por siguirilla, Llegamos a la catedral donde Enrique el Mellizo recreó su propio estilo por Malagueñas, por Alegrías el maestro Enrique Butrón al que se le olvido la letra e introdujo para salir del paso el Tirititran, pero como no va ha haber arte en esa tierra, si hay sal hasta debajo de las piedras. Pues ese arte lo recoge y lo encierra en su baile José Maldonado, está empapado de la bahía y eso lo traslada a sus pies, a su cuerpo, a su cara, a sus manos derrochando compás puro y duro. Mejor no se puede bailar.
Y todo ello con el canta de Eva "La Lebri" y Jesús Núñez.
A Eva hay que echarla de comer a parte, que voz más bonita para el flamenco, que jondura de cante, que estilo más personal. Y lo más grande que encierran estos cantaores y cantaoras de los tablaos, que lo llevo observando hace mucho, es la recuperación de cantes, letras y cantaores que están olvidados o se les tiene apartados como si ellos fueran un punto que no debemos tocar, un pastel prohibido. Eva, saca ese pastel y lo pone al servicio del flamenco de nuevo, con dignidad y con respeto, anoche por bulerías se acordó del Sevillano, Ese cantaor tan personal con sus bulerías ligadas que es una pena que hoy no se hagan, yo debo agradecerle a ella que los haga y que siga en esa linea, por que eso hace que el flamenco siga vivo y no dependamos siempre de lo mismo.
De Jesús Núñez, por mucho que quiera decir siempre será poco.. En sus manos están El Niño Ricardo, Sabicas, Melchor de Marchena, Ramón Montoya, Paco de Lucía, o su paisano gaditano también el Maestro Manolo SanLucar... y más se podrían nombrar...
Jesús atesora en sus manos la dulzura del toque preciso en el momento preciso, sabe darle al cantaor o cantaora lo que ella o él piden, sabe estar al servicio del bailaor, darle sus silencios, su tiempo, entrando cuando se lo dicen, parándose cuando se lo piden, estoy por decir, que hoy es un puntal de los jovenes guitarrista del panorama actual flamenco, todo un deleite para los finos oídos.