Siempre es interesante ver como alguien tiene inquietudes en su vida y se enfrente a un proyecto amplio y de gran profundidad. Guadalupe Torres, desde su juventud no trae para el recuerdo a los grandes maestros del cante como Manuel Torre, Niña de los Peines, Manolo Caracol, Pepe Pinto...
Ella nos hace un amplio recorrido en donde su baile sensual en algunos y agresivos en otros, nos hace sentir como se vivía el flamenco en un punto evolutivo, para mi, yo creo, que era el momento en que este arte salía a la luz con la dignidad de "arte", cogiendo forma, situándose en el panorama cultural flamenco. Mantenía aún las formas primitivas de la forma de hacerse el cante pero a su vez ya vislumbraba un futuro inmediato.
Guadalupe baila con la soltura de una maestra, con la profesionalidad de una artista, con la elegancia que llena un escenario.
No menos interesante es el cante de Antonio Núñez "El Pulga" y de Moi de Morón, dos grandes donde los haya, la voz rota del primero, con ese cante de pura esencia expresiva es capaz de poner los pelos de punta a cualquiera, con la voz de Moi nos acordamos de aquellas voces rotas afilladas, sacando de las entrañas del alma la pura esencia del flamenco.
Dani de Morón, tiene un toque limpio, su guitarra suena añeja pero nueva, su toque para el cante es de lo mejor, para el baile incomparable con nadie y para hacerlo en concierto es pura dulzura para el oído.
Kike Terrón es un percusionista de los que harán historia, sabe tocar el cajón con la discreción que el instrumento requiere, sin lucimientos tontos, sin aporrearlo, lo toca, lo acaricia, lo siente.
No hay desperdicio en el espectáculo, todo está concienzudamente medido y estudiado.
Enhorabuena a Guadalupe por traernos esto, nuestras raíces, lo que se hecha de meno. lo de "acuérdate cuando entonces"
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