JESÚS MÉNDEZ Y SAMUEL SERRANO
Guitarra: Antonio Higuero
Compás: Diego Montoya y José Rubichi
En el Centro Cultural paco Rabal se celebró un encuentro
entre Chipiona y Jerez o Jerez y Chipiona.
Es la primera vez que escucho a Samuel Serrano, un joven con
quehaceres de viejo, una voz que emana de su interior con sabor añejo, voz quebrada,
pero voz sonora llena de melismas y tonalidades.
A pesar de su juventud, atesora unos conocimientos y un
dominio del compás que eso solo puede ser por que ha nacido con ello, tiene un
eco que lo hace diferente a todo lo que se escucha. Me recordaba en momentos a
Rancapino y en otros a Felipe Escapachini pero siempre trasmitiendo una
personalidad propia que se desgarraba en cada tercio de los cantes. Se removía
en la silla, se agarraba la chaqueta para rompérsela, desgarrador. Soleares,
Alegrías, Bulerías… por mencionar algunos palos. Bueno y como no resaltar el
mano a mano que hicieron para abrir el espectáculo Él y Jesús Méndez por Tonás.
En el silencio del público y la penumbra del escenario.
La segunda parte no fue menos expresiva. Ahí aparecía Jesús
Méndez, esbelto, elegante y con las hechuras de un cantaor que hoy en día es
puntal de Jerez. De fuerza va sobrado, de conocimientos ni que decir, de duende
es la máxima expresión.
Bulerías, Malagueñas, fandangos…
Escucharle es vivir en la nostalgia de un tiempo pasado,
pero en la virtud de tenerle en un tiempo presente y que demuestra que el
flamenco sigue siendo un arte vivo en donde cabe perfectamente la evolución y
las nuevas tendencias como lo ortodoxo y personal de cada artista, siempre ha
pasado esto a lo largo de la historia.
Jesús tiene el poder de demostrar que su sangre está llena
de un duende que trasmite con cada latido de su corazón, con cada quejio.
Quiero agradecerle que me dedicara su cante por Malagueña,
me emocionó el gesto, y por ello quiero darle desde aquí un abrazo fuerte.
Vivimos una noche para tenerla en nuestros corazones. El
final de fiesta fue único como lo fue todo el espectáculo con la maestría de la
guitarra de Antonio Higuero prudente y limpio en su toque, Diego Montoya y José
Rubichi en el compás y como no, Samuel Serrano y Jesús Méndez conjugaron sus
voces para un grandioso cierre por bulerías.
Solo matizar que el público, una parte del público claro
está, no todos, fueron irrespetuosos con la actuación, móviles que suenan,
luces de pantalla en la oscuridad, linternas encendidas, palmas de algunos
queriendo acompañar, con lo molesto que eso es… Un poco de respeto por favor,
los artistas son los que están en el escenario y los móviles en silencio o apagados,
que vamos a lo que vamos, ya veremos los mensajes en la salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario