martes, 26 de octubre de 2021

JESÚS MÉNDEZ Y SAMUEL SERRANO

JESÚS MÉNDEZ Y SAMUEL SERRANO

Guitarra: Antonio Higuero

Compás: Diego Montoya y José Rubichi

En el Centro Cultural paco Rabal se celebró un encuentro entre Chipiona y Jerez o Jerez y Chipiona.

Es la primera vez que escucho a Samuel Serrano, un joven con quehaceres de viejo, una voz que emana de su interior con sabor añejo, voz quebrada, pero voz sonora llena de melismas y tonalidades.

A pesar de su juventud, atesora unos conocimientos y un dominio del compás que eso solo puede ser por que ha nacido con ello, tiene un eco que lo hace diferente a todo lo que se escucha. Me recordaba en momentos a Rancapino y en otros a Felipe Escapachini pero siempre trasmitiendo una personalidad propia que se desgarraba en cada tercio de los cantes. Se removía en la silla, se agarraba la chaqueta para rompérsela, desgarrador. Soleares, Alegrías, Bulerías… por mencionar algunos palos. Bueno y como no resaltar el mano a mano que hicieron para abrir el espectáculo Él y Jesús Méndez por Tonás. En el silencio del público y la penumbra del escenario.

La segunda parte no fue menos expresiva. Ahí aparecía Jesús Méndez, esbelto, elegante y con las hechuras de un cantaor que hoy en día es puntal de Jerez. De fuerza va sobrado, de conocimientos ni que decir, de duende es la máxima expresión.

Bulerías, Malagueñas, fandangos…

Escucharle es vivir en la nostalgia de un tiempo pasado, pero en la virtud de tenerle en un tiempo presente y que demuestra que el flamenco sigue siendo un arte vivo en donde cabe perfectamente la evolución y las nuevas tendencias como lo ortodoxo y personal de cada artista, siempre ha pasado esto a lo largo de la historia.

Jesús tiene el poder de demostrar que su sangre está llena de un duende que trasmite con cada latido de su corazón, con cada quejio.

Quiero agradecerle que me dedicara su cante por Malagueña, me emocionó el gesto, y por ello quiero darle desde aquí un abrazo fuerte.

Vivimos una noche para tenerla en nuestros corazones. El final de fiesta fue único como lo fue todo el espectáculo con la maestría de la guitarra de Antonio Higuero prudente y limpio en su toque, Diego Montoya y José Rubichi en el compás y como no, Samuel Serrano y Jesús Méndez conjugaron sus voces para un grandioso cierre por bulerías.

Solo matizar que el público, una parte del público claro está, no todos, fueron irrespetuosos con la actuación, móviles que suenan, luces de pantalla en la oscuridad, linternas encendidas, palmas de algunos queriendo acompañar, con lo molesto que eso es… Un poco de respeto por favor, los artistas son los que están en el escenario y los móviles en silencio o apagados, que vamos a lo que vamos, ya veremos los mensajes en la salida.

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