Adios a la cantaora Tia María Bala, un pequeño homenaje.
María Soto Monge "Tía María Bala", una cantaora
extraordinaria. Apenas trascendió a los grandes públicos, pero su cante es muy
valorado, tanto en su extensa familia, que la adora, así como los grandes
aficionados. En el libro de su hermano Sordera de Jerez, ya conté una anécdota
que se produjo en Madrid entre ella y Camarón de la Isla. Cuando José escuchó
cantar a María se enamoró de esa voz y no quería salir de la casa ni para ir al
tablao. Según me contó la propia María, le conminaba, una y otra vez, para que
le cantara la soleá "Me senté sobre tu cama/ y lágrimas como
garbanzos/ me caían por la cara". Los Zambos, José Mercé, Vicente, Enrique
y José Sordera... absolutamente todos tienen devoción por ella, no es para
menos.
El único que ha sacado a la luz pública la voz de Tía María Bala ha sido su
sobrino Moraíto para su disco Morao, Morao. Una grabación doméstica por soleá,
llena de flamenquería y autenticidad. Lástima que un cúmulo de desgracias
familiares nos han privado de tener mayores referencias de esta gran guardiana
de viejos giros cantaores de la casa Sordera
No nos gustan dar estas noticias. Y menos tan seguidas.
Parece que en el cielo hay alguien empeñado en montar una fiesta y está
reclamando la presencia de artistas con una impronta y categoría inmensa. Si no
tuviéramos ya bastante con las pérdidas de Paco de Lucía o de Juan Moneo 'El
Torta', en la mañana de hoy ha llamado a la puerta del cielo María Soto Monje
'Tía María Bala'.
El soniquete jerezano está de luto en el día de hoy. Una
cantaora que, por circunstancias familiares, no se prodigó mucho por el mundo
artístico pero que poseía un timbre de voz extraordinario, como pueden ver en
el video en el que la acompaña Moraíto a la guitarra y es de las pocas
grabaciones que existen de Tía María Bala, y que forma parte del documental 'El
cante bueno duele' que produjo la televisión holandesa NTR.
Perteneciente a la casa de Los Sordera, su cante era adorado
por su familia y por los aficionados que tuvieron la oportunidad de escucharla
hasta el punto que, según cuenta José Maria Castaño en su libro 'De Jerez y sus
cantes', el propio José Monge Cruz 'Camarón de la Isla' se enamoró de la voz de
Tía María Bala y no quería salir de la casa de Los Sordera en Madrid ni para ir
al tablao.
Descanse en paz.
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