jueves, 29 de febrero de 2024

LAS TABLAS, UN DIA ESPECIAL ENTRE MADRID Y BOSTON

Ayer día 28 de febrero día de Andalucía decidí irme al Tablao Flamenco las Tablas, un sitio acogedor en donde se puede disfrutar de un buen flamenco.

Madrid y Boston, Boston y Madrid, ese fue el elenco artístico.

Estefanía Narváez es una bailaora que procede de Boston, donde nació, pero su inquietud por el flamenco le hacen viajar a España para formarse con los mejores bailaores y bailaoras del momento.

Ayer el escenario del Tablao las Tablas lloró por siguiriyas, se palpaba en el ambiente la frialdad de la muerte planteada en cada tercio del cante y en cada paso del baile mientras la guitarra lloraba en sus sones.

Bailó con carácter serio, sobrio, no había espacio para la alegría, el momento era de luto, sus manos se retorcían, como si el dolor y la angustia de su alma salieran por cada poro de cada uno de sus dedos. A mí me conmovió.

El broche final lo puso Ricardo Moro, bailaor madrileño que salió muy elegante con un mantón negro para desafiar a La Caña con un empaque y una fluidez que culminó en un espectáculo de pura danza y de puro flamenco. La Caña, ese palo ancestral llegó al escenario de este tablao de la mano de Ricardo, la meció, la palpó y mandó sobre el escenario "eso no lo manda la ley"...

Ricardo tiene pose, tiene estilo y tiene una presencia que llena. La Caña la bordó.

Sonia Cortés cantó para el baile pero también unos tangos solista en donde hizo un amplio recorrido por varios estilos, sabe estar, sabe lo que hay que hacer y sabe mecer el duende del cante cuando es para bailar o cuando le toca hacerlo "alante".

Y que decir de Juan José Ramos, Niño de la Manuela o Pepón como se le llama en plan coloquial o cariñoso. Una niña que había allí muy pequeñita se le presentó diciendo que en otra ocasión se había hecho una foto con él y luego se volvió a presentar diciéndole su nombre, a lo que Juan José le dijo - Yo me llamo Pepón - y la niña cuando ya se iban le dijo - adiós Pepón - Juan José Ramos es grande no solo en su guitarra sino también en el corazón.

Gracias Pepón, tu toque por soleá fue único, pero en los tangos me emocioné y tu sabes el porque.

Un abrazo fuerte a este sitio tan entrañable.

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