
Un espectáculo impresionante, en donde no solo cabe destacar
el baile, sino también su acompañamiento, todo hace que una noche pueda ser irrepetible
e inolvidable.
María Mezcle cada día me asombra más, su torrente de voz, su
proyección más allá de su alma hace que llegue su cante a cualquier rincón, a
cualquier oído, a cualquier alma de los que allí estuvimos anoche.
Sus bulerías, sus tangos, su siguiriya para acompañar a La
Popi, que bailó con sobriedad, serena, pausada, como un cante de luto, que es
lo que es.
El Pelón, gracia y soltura, marcando su sitio, diciendo
quién es él, sabiendo llegar y sabiendo encandilar al público existente. Me trasladó
a mi tierra a Extremadura, lloré de la emoción.
Y como no, el guitarrista, que quiero que me perdonéis pero
no se quién es, pero si os puedo decir que acompañó de lujo.
Y Gracias a María Mezcle, nos prometió un Mantón de Manila,
para Las Noches Flamencas de los Ángeles, y no ha regalado el que ella usó para
su actuación en este sitio nuevo para el flamenco, Gracias María.
Y gracias también a Rebeca y Jose, y a todo el personal, por
su atención conmigo.
Un abrazo.
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