El viernes por la noche, Casa Patas, ofreció un gran
programa flamenco, como siempre con la calidad y la profesionalidad que el
tablao tiene y que gracias a ello está posicionado en el flamenco un alto
nivel.
Los Ortega, Domingo e Inmaculada con un grupo de excepción,
en donde me gustaría resaltar las figuras de Rafael Jiménez "Falo",
Fernando de la Rúa y Matías López, sin desmerecer por supuesto al resto del
elenco.
Hacía mucho tiempo que no veía al bailaor Domingo Ortega,
tanto como la friolera de unos 15 años, si la memoria no me falla, que actuó en
las Jornadas Flamencas de La Fortuna. Si por aquel entonces ya bailaba bien,
hoy es un maestro consumado con un estilo personal que sin duda alguna marca su
forma de bailar. Se mueve por el escenario con fuerza y poderío, marca el
terreno y demuestra que él, baila.
Su hermana Inmaculada, es pura elegancia, estilismo y mucha
feminidad en su baile, lo que corresponde a una bailaora, en este caso una
bailaora con mucho arte, con mucho duende. Ella es la pura transparencia de un
baile de mujer, encandila con sus movimientos, es dulce, pero a la vez fuerte,
pero eso sí, sin perder su esencia molecular, ella es mujer y bailaora.
El cante de El Falo, dibujó los matices de un cantaor culto
y humilde, que no tiene el sitio que le corresponde, pero Él sabe que su
cultura musical, no solo flamenca, sino también folklórica, hace de El Falo,
que sea un cantaor de cantaores, en donde las nuevas generaciones van a beber,
porque siendo su estilo muy nuevo en su forma de hacer, siempre suena a viejo,
a esa escuela de los grandes maestros, en donde Él y todos han bebido.
Rafael Jimenez Falo canta por derecho, sus letras y su
estilo, es imitado por las nuevas generaciones que lo usan cuando ellos cantan.
Rafael Jimenez Falo, es cantaor de cantaores, artistas van a
verle, como anoche fuera el caso de Esperanza Fernández.
Su calidad humana y su calidad artística no deja indiferente
a nadie y eso le hace grande.
Fernando de la Rúa, un argentino con solera, cultura y mucho
estilo, hace de Él un guitarrista imprescindible para acompañar a los buenos
cantaores, no solo para el baile, sino también para acompañar al cante. Y así
lo hizo y así lo demostró, como uno de los grandes guitarrista de flamenco del
panorama actual.
De Matías poco que decir, ya que sería reiterarme en lo que
ya dije de Él en el artículo anterior en este mismo blog. Un joven cantaor con
un futuro muy prometedor, ánimo a seguir adelante.
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