De todos es conocida mi afinidad a la saeta, quizás sea uno de los cantes que más me llenan, no se por que, pero lo es.
Desde muy pequeño e tenido los sonidos negros de la Semana Santa en mi cabeza. Aún recuerdo a una señora muy mayor, en el balcón de su casa, en la C/ Calvario, a espaldas de donde yo vivía, que le cantaba saetas al Cristo Amarrado a la Columna. Algo, que jamás olvidaré.
Ese olor a incienso, ese goteo de cera por las calles, ese tintinear de los apliques de los pasos...
Las madrugadas en las que mi abuelo me levantaba de la cama y me decía: Niño, vámonos al encuentro" una procesión que por aquel entonces se hacía a las 5 de la madrugada, y luego a tomar café, al bar del gitano. Hoy, ni existe el bar, ni mi abuelo está conmigo.
De aquellos momentos que jamás volverán, solo me queda el recuerdo y mi abuela, una mujer fuerte y en junta, que hoy está apagada, llena de dolores y que quizás de este mal momento por el que está pasando, no salga.
La vida sigue, y es ley de vida, pero es duro, muy duro.
El flamenco es quizás el consuelo de mi alma, es la forma de sentir un descanso mínimo, un descanso que en sus letras, en su música, en su forma, es una manera de identificarse, en los momentos, por los que pasa uno en la vida. Dice una saeta: "De puerta en puerta, yo voy pidiendo, pa un habito pa mi madre, pa un hermano que tengo malo en la cama".
Os invito a la conferencia ilustrada sobre la saeta flamenca, origen y evolución.
Parroquia de San Fortunato
Domingo día 27
A las 18:00 horas
En la Sala 2
Plaza del La Fortuna
Barrio La Fortuna-Leganés, Madrid
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