Desde hace mucho tiempo se ha venido intentando colocar la cultura flamenca en un lugar digno de mención.
Primero sacarlo de las catacumbas, si se me permite la expresión, de ese ambiente íntimo familiar de sus comienzos, e incluso de esas fiestas privadas de ambiente dudoso.
Llega a otros escenarios, los Cafes Cantantes, los tablaos, el teatro, etc...
Pero aún se pretendía más, se queria reconocer al flamenco como una cultura que llega más allá de un espectáculo, es una forma de vida, una forma de sentir, una forma de expresar por medio del cante, el baile o la música, un estado, una emoción, un sentimiento.
Tras un largo periodo de tiempo, la Unesco, lo declara, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una forma de reconocer de forma oficial, lo que todo flamenco ya había reconocido de forma personal.
Gracias todas las personas que han hecho esto posible, un esfuerzo, altamente culminado.
Pero eso si, aún queda mucho camino que recorrer.
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