

El Capullo de Jerez dio un recital de cante asentado en las más puras bases del cante jerezano, canto por martinete, soleares, bulerias y tangos que fue el deleite de un cantor, claro está, festero. Respaldado por dos palmeros nos dio una lección de compás, que culminó en la esencia pura de un final de fiesta en la que él fue el gran protagonista.
No cabe duda de que hoy sigue existiendo los diferentes cantaores flamenco encuadrados en sus facetas más particulares, los festeros, los clásicos, los evolucionistas. En Alcobendas, lo vimos.
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