miércoles, 3 de abril de 2019

A MI ABUELA, ESA MARAVILLOSA MUJER


Hoy hace 8 años que esta maravillosa mujer nos dejó, se unió a sus padres, hermanos, hija y marido para velar por nosotros aquí, en la parte terrenal.
Mi abuela era de esas mujeres que marcan un antes y un después en la vida no solo de la familia sino también de las personas que la conocieron.Cuanto te añora abuela, todos los días te llamaba por teléfono dos o tres veces, para ver como estabas.Recuerdo aquel fatídico Domingo que tras hablar contigo por la noche me dijiste: “me voy a dormir, no hay nada en la tele y me aburro” al poco tiempo me llama una de mis hermanas para decirme que suba a casa que está muy malita, no daba crédito a lo que me decía, estaba perfectamente bien cuando hablé con ella.Subí y se retorcía de dolores en la cama. Lloraba del dolor. Y ya, cuando el medico llegó la llevamos al hospital y de ahí a los pocos días nos dejaba sin dar guerra, dormida en la cama, así se quedó, sin sufrimiento, que era lo que nosotros queríamos que no sufriera, ya sufrió bastante como para terminar sus días sufriendo.

Que no puedo con más

que las carnes de mi cuerpo

a cachitos se me van.

No pasa un día que no me acuerde de ella, esos refranes que nos decía, esos chascarrillos que contaba y que nos hacía reír.Cuanto te echamos de menos, tu fuiste puntal de una casa, una verdad como un templo en el que se dice que las madres aglutinan a sus hijos como las gallinas bajo sus alas, ella era así, le gustaba tener todo bajo su control, tenía miedo al descarrilo de cualquier persona.Ella venía siempre al flamenco con nosotros, disfrutaba, siempre me decía: “cuando yo me muera no dejes el flamenco, sigue”. Y eso hago, seguir.
Virgen de la Soledad, esa figura que relumbra en ese altar y desde la cima del pueblo acoges a todos por que sabes que te quieren, para ella tú eras su guía, ella confiaba y depositaba su fe en ti, tenla a buen recaudo Madre, tenla bajo tu manto junto con todos esos seres queridos que se fueron y ya no volvemos a verlos.Pero nos queda el consuelo de toda una vida vivida con ella, y ser lo que somos gracias a ella. Por ello no estoy triste, por que ella sigue viviendo en nuestras vidas dentro de nuestros corazones.Abuela, te queremos.

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