Voz con duende, voz sonora, eco legendario en un flamenco viejo resurgido en la voz cantaora y flamenca de Rafael Jiménez Falo.

Nos cantó soleá por bulería de la Moreno, una tanda de tangos de diferentes estilos, bulerías haciendo un recorrido amplio. Fandangos de Huelva hasta llegar a estilos personales.
Esta noche, que se le dedicó a su padre a Tio Aquilino, fue muy emotiva. Rafael, con la paz en su cuerpo de un objetivo cumplido se entrego a un publico que en algunos de ellos era la primera vez que le escuchaba; este hombre se emocionó. Hubo lágrimas in contenidas ante la expresión de sentimientos que emanaban del cante de Rafael.

Si emotiva fue su actuación, emotivo fue la irrupción del guitarrista que nos trajo José Rios Ramirez. Sabiduría y conocimiento en sus manos. Falsetas del maestro Miguel Vargas o toques de Morón, por decir parte de lo que hizo.
La posición de José en el escenario, mirando al cantaor, girado del público hacían de este hecho, una forma peculiar de acompañar que yo no e visto nunca. Efectivamente, José acompañó en canda instante a Rafael, con toques justos y precioso que en más de una ocasión arrancó los aplausos de un público totalmente entregado a una noche para la memoria.
Gracias a Rafael Jiménez Falo y gracias a José Ríos Ramírez por esta noche maravillosa y como no gracias a los artistas que nos acompañaron como público.
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