Algunos preguntan y me comentan que por que repito a Manuel Fernández el Borrico todos los años.
Muy sencillo, desde la primera vez que estuvo y que causó una impresión en los que asistimos no dejan de pedirme el traerle en la temporada y nosotros nos debemos a nuestro público.
Manuel venía de Jerez con el alma encogida pues le hacíamos un homenaje o un recordatorio de la memoria de Tío Fernando el de la Morena al que Él conoció bien y además eran familia.
Empezó la noche algo triste, no estaba con nosotros nuestro socio honorífico Manuel Ramos y acabábamos de recibir la triste noticia de la muerte de Anselmo un amigo muy querido para nosotros y un flamenco cabal de los pies a la cabeza.
Tras guardar un minuto de silencio y ver un video de Fernando dimos paso al artista invitado.
Abrió la noche con el cante por Trilla de Fernando y cerró con un Romance cantado a golpe sin guitarra también de Fernando. Y en medio unas siguiriyas rompedoras, unos cantes por taranto, alegrías, fandangos, soleá por bulerías.... Un repertorio que no dejó indiferente a nadie.
Su voz estremece, se rompe la camisa con cada tercio, desgarra el duende para que sea devorador y entre lágrimas da el corazón en cada cante.
Acompañado por la maestría de la joven guitarra de Joaquín Ángel de Bolaños en Ciudad Real, demostraba que el flamenco es universal, su toque joven fue preciso, como si de un guitarrista ya cultivado con la experiencia de los años.
Y al compás Luís Enrique y Victoria Duende que pusieron el broche a una noche cargada de emoción.
Gracias amigos por dejarnos tanto arte.
Gracias Manuel por ser como eres.
