miércoles, 1 de octubre de 2014

EL DUENDE LLEGA SIN ESPERARLO

Una vez más, me encontré con un momento mágico en un tablao centenario Villa Rosa.
El cartel era un lujo, en el cante El Trini, en la guitarra Gaspar Rodriguez y en el baile, Vanesa Coloma, José Maldonado y Guadalupe Torres.
El Trini canta que parece que va a reventar, con fuerza, con poderio, controlando el cante en cada momento, en cada tercio, llora por siguiriyas, se estremece por soleá y nos lleva hasta su Cádiz por alegrías. Es único, es personal, es "El Trini de la Isla" sin más.
La guitarra mágica, precisa y justa de Gaspar Rodriguez, creo que es la primera vez que le veo en directo y me sorprendió. Sabe esperar al cante, sabe cual es su papel, sabe darle su sitio al baile. Hoy, en donde los guitarristas, no todos, disfrutan con grandes adornos y artilugios en el toque, Gaspar se conforma con acompañar, que de eso se trata, para el resto ya está la guitarra en concierto. Bien hecho chaval.
Y llega el momento en el que el Trini canta unos tientos, y Vanesa, esa chiquilla enjunta, alegre vivaracha, se levanta de su silla dando un golpe de tacón en el suelo como diciendo, "aqui vengo yo señores". Y vaya si llegó.
Vanesa baila como las viejas, sin grandes adornos, sin una técnica depurada. Pero digo yo -para que la quiere- Vanesa es más artista que muchas artistas, Vanesa baila con el corazón, no con técnica y la conoce, claro que la conoce, pero le imprime tal naturalidad a su baile que no la necesita. Ella es muy grande. Solo hay que mirarla a la cara y lo dice todo. bailó sobria, con la cara desencajada en los tientos, pero en llegando a los tangos se soltó la melena, miró al público, lo metió en su papel y arremangándose el vestido, agachándose como para besar el suelo se nos despidió a lo grande por Triana, como lo hacían las viejas, con picaresca, con un toque picante y sensual con gracia. ARTISTAS, con mayúsculas por que lo eres.
José Maldonado es el contrapunto al otro baile.
Tiene una fuerza brutal, domina el escenario, tienen técnica, la aplica, pero baila desde los adentros por que no se nota que sea un baile aprendido. Bailó por alegría, figura esbelta, elegante como un príncipe. Se arregla su chaqueta, se la ciñe a su talle se pone en pie y empieza a sentirse los aries gaditanos. La caleta, Puerta Tierra, La Viña... Todos se funden en uno para desplazarse a Madrid y darse a conocer a través del baile de José. Bailó como lo que es uno de los grandes, su remate por bulerías, sus desplantes, su forma de moverse lo dicen todo de este joven bailaor, una figura que aún a muchos les queda por descubrir. Así se baila José.
Y llegó Guadalupe, guapa, fina, elegante para bailarnos unas soleares por bulerías. Ella es maestra en el baile, ella es la prolongación de las viejas escuelas pero en formato joven, innovador sin perder esencia. Conoce bien el escenario que pisa muchas veces, pero no le hace falta conocerlo, por que ella se adapta, ella adapta su baile al sitio, por sabe, por que pude, por que tiene la llave del baile. Se hace el silencio, esos sones de guitarra, esa voz del Trini, los jaleos del Vanesa, las palmas de José Maldonado y también de Vanesa, todo ese conjunto están al servicio de Guadalupe, para que salga su duende, su fuerza, su profesionalidad. Guadalupe es puro arte en el escenario. Siempre un placer verte, siempre se aprende...

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